Agradezco a Bernardo la oportunidad de escribir como invitado en su blog.
Es difícil encontrar el equilibrio con términos y conceptos que pueden sonar, pero que no puedes dar por hecho que todo el mundo domina o aplica correctamente, por lo que debes explicarlos enganchando al lector menos conocedor sin aburrir al más experto.
Establecer un mínimo de conocimiento común sobre el que construir y aportar algo nuevo.
Y Bernardo lo consigue en artículos muy completos que centran enseguida tanto al más técnico como al menos conocedor que se asoma curioso, explicando perfectamente los conceptos y aportando su experiencia y valor a todos los lectores.
Confieso que soy un apasionado de la metodología LEAN, y que por esta parte me tiene muy ganado.
En el LEAN no se trata tanto de usar
herramientas concretas. Lo importante es el cambio de chip, el mirar con las gafas de ver el desperdicio. Y que duela. Porque que no ver el desperdicio no significa que no haya. Siempre estuvo ahí, acumulándose en
stocks imperdonables, en tareas que “siempre se hicieron así” y que llevan años sin revisarse, en ir de un sitio a otro apagando fuegos sin darte cuenta de que
la microgestión mata.