Como ingeniero de procesos, como responsable de mejora continua o como consultor, pasé por algunas empresas de distintas dimensiones, participé y lideré distintos proyectos de mejora. Algunos con éxito, otros fueron un fracaso, pero en todos aprendí mucho. 

La compilación de toda esta experiencia es el mejor secreto que tengo para revelarte. Porque compartir lo bueno y lo malo es una forma coherente de mostrar una experiencia real de aprendizaje.

Aún me acuerdo de un proyecto de transformación Lean que lideré en una pyme en que el gerente solo tenía ojos para mirar los ahorros que este proyecto podría traer, y prácticamente no le importaba el cambio cultural y el impacto en las personas. Cuando la gente se entera que el gerente no se involucra la gente simplemente vuelve a sus rutinas de siempre y el proyecto se cae. Error mío de no haber asegurado antes la implicación de la alta dirección, error del gerente por haber contratado un proyecto Lean sin estar preparado para asumir su rol de líder Lean.

Otro ejemplo, cuando trabajaba como un ingeniero de procesos en una empresa de sector automoción y hago una mejora con el operario en su puesto de trabajo sin haber discutido dicha mejora con el supervisor. Este cuando se enteró se quedó realmente enojado y mis intentos futuros de mejora en esa área tuvieron muy poca aceptación durante un largo tiempo.

Pero también, es bueno escuchar los agradecimientos de una persona por los buenos resultados de las mejoras en su puesto de trabajo y por su valoración como persona por el hecho de convertirse en un responsable de su espacio de trabajo con el poder de tomar decisiones de forma autónoma.

Todas estas experiencias, entre otras, son aprendizajes y me hicieron un profesional más consciente por las necesidades de las personas cuando queremos mejorar la eficiencia de un proceso.

Tengo algo que decirte y supongo que habrás pasado por esto. En todos las iniciativas de mejora de procesos que fracasaron durante mi experiencia, sin echar la culpa a nadie, las razones de dicho fracaso siempre fueron al menos una de las siguientes:

Me apasiona solucionar problemas que me suponen un reto y que pueda aplicar la creatividad, los conocimientos que llevo en mi mochila y aquellos que todavía tengo que adquirir. Dame un rompecabezas y verás cómo me entretengo un rato hasta que logre solventarlo. Eso sí, no me traigas Sudoku, tráeme algo real! Solucionar un problema a alguien es lo que más me motiva.

Después, por casualidad de mi destino, me llegó en 2001 a las manos un manual de Lean Manufacturing, y descubrí que la filosofía Lean podría cambiar el mundo, ya que podría ser el camino para buscar la perfección en cualquier proceso teniendo siempre como elemento central y fundamental las personas. Me pareció en su momento la solución para buscar un equilíbrio entre eficiencia y desarrollo humano. Y así decidí dedicarme a este apasionante mundo Lean.

Luego de unos años trabajando con esta filosofía, llego a la conclusión que con procesos eficientes con sus personas involucradas y felices se puede tener impacto positivo en la sociedad.

¿Y por qué te estoy contando todo esto? Porque veo en ti, así como en mi, una persona que quiere mejorar algo y cambiar el mundo a través de procesos e iniciativas que contribuyen no solo con más eficiencia sino también con más sostenibilidad, conciencia, responsabilidad y personas más felices en nuestra sociedad. Y es por eso que quiero ayudarte.