¿Cómo deberías mover la mejora continua?
Un coche debe tener un conductor que lo maneje y 4 ruedas que lo habilite avanzar sobre un piso. Entre el conductor y las ruedas existen distintos mecanismos que alimentados con un combustible lo hacen arrancar, mover, subir, bajar, girar, frenar y manejar por distintas carreteras.
Una organización industrial la podríamos ver de la misma forma, tiene gerentes que la manejan, tiene las 4M’s (máquinas, personal -man-, materiales, métodos) que le permiten servir productos a sus clientes y, para mejorar su eficiencia y competitividad, necesita los mecanismos que la hacen adaptarse a su camino, alimentada por el combustible de la experiencia y conocimientos de sus personas. Si no empleamos energía y dinámica, la situación actual no durará siempre y tenderá a empeorar.
Algunos mecanismos organizativos deben ser colocados en práctica para guiar la mejora continua y convertir gerentes en líderes, por ejemplo, tabla Hr x Hr, columna de solución de problema, tablero del área, reunión top 5’, ronda de supervisión y reunión de progreso.
Cómo gerente deberías continuamente verificar el negocio y los procesos. Esta supervisión implica no solo realizar auditorias en el piso de fábrica, sino también visitar los departamentos de soporte.
Naturalmente, es mucho más fácil entender el status e identificar oportunidades si hay una gestión visual buena implantada, pero demasiada gestión visual puede generar nuevos problemas.
En algunos niveles de gestión, principalmente estos con un ámbito de responsabilidad más alto, la tarea de verificación visual continua por las áreas que deberían ser auditadas puede llegar a ser un poco agobiante.
Esto es particularmente verdad cuando la organización está en el proceso de implementar el lean en que se requiere más actividad intensa de supervisión. Pero esta percepción de una creciente carga de trabajo por las sucesivas actividades de auditoria, acompañado por numerosas reuniones de revisión, es un poco superficial y también falsa.
Una buena gestión visual hace que sea más fácil y rápido auditar procesos, sobretodo si el proceso de auditoria es planificado como parte de las actividades de gestión.
Es vitalmente importante que tengas un tiempo guardado para auditar y un método lógico, un tipo de trabajo estandarizado en que tu y otros gerentes pueden usar durante las rondas de supervisión.
Deberías reservar un tiempo intocable para estas tareas cada día, con un calendario de auditorías y un conjunto estándar de preguntas o puntos de revisión para mantener la auditoria enfocada. Un proceso de auditoria robusto es muy importante. Una vez este proceso está en marcha, mejoras de productividad empiezan a surgir. El proceso de auditar que necesitas no tiene que ser complicado o difícil.